El censo de vivienda recién elaborado por el Instituto Nacional de Estadística confirma bien a las claras la profundidad del problema hipotecario en España a pesar de los intentos de desdramatizarlo desde diversas instituciones. El INE confirma que en los últimos diez años el parque de viviendas en España creció casi 4,3 millones de unidades, un 20% más, para superar los 25 millones. De este incremento, casi un 90% fue residencia habitual. Otro 10% ha quedado vacío; apenas un porcentaje residual ha sido segunda residencia. Así pues, el ‘ladrillazo’ ha generado un gran volumen de pisos sin vender, y un aluvión de embargos de primera vivienda, más de la mitad de todos los lanzamientos en marcha; consecuencia, un stock especulativo en manos de la banca.
El INE atestigua que el mercado de segundas residencias o locales no explica la mayoría de los problemas hipotecarios que existen en España. Y lo hace a través de su último censo de viviendas, que cifra en más de 18 millones el número de primeras residencias (hogares) que hay en España, un 27% más que hace una década. Desde 2001, hay casi cuatro millones más de residencias habituales en España. Sin embargo, el número de segundas residencias apenas ha variado durante la etapa del ‘ladrillazo’; apenas 28.000 más para situarse en 3,6 millones, lo que desmiente el presunto perfil especulador o inversor del consumidor español medio en bienes inmuebles.
Bien al contrario. El censo del INE guarda un apartado especial para el epígrafe ‘viviendas vacías’. Su número ha aumentado más de un 10% desde 2011. Ha pasado de poco más de tres millones a casi tres millones y medio. En total, 336.000 pisos vacíos más. Pero resulta que el 21% de estos 3,5 millones de casas vacías, más de 700.000, han sido construidas durante los últimos diez años según el INE. Ello implica que los consumidores han tratado de buscar las mejores ofertas, los inmuebles menos costosos y las condiciones menos gravosas, eligiendo en muchos casos viviendas vacías de segunda mano antes que nuevas construcciones. Aún así, cientos de miles se han visto atrapados en la espiral del sobreendeudamiento y el abuso bancario, y son víctimas de la burbuja inmobiliaria.
Todo ello confirma las observaciones de ADICAE acerca de la nula responsabilidad de la mayoría de los consumidores en el irresponsable desequilibrio del mercado hipotecario en España. La segunda residencia es un porcentaje anecdótico en el mercado de la vivienda en España. La persistencia de stock sin vender supone el intento de la banca, ahora participado por el Estado a través del Sareb, de mantener un volumen artificial sin venta que impique especulación y más desequilibrio. Y esa mayoría de familias con sus primeras residencias en peligro por los abusos hipotecarios merecen más que nunca una reforma radical de la legislación hipotecaria, que vaya más allá de los parches que salen de la administración, el último de ellos recién aprobado por el Parlamento. Sin una legislación que defienda integralmente a todos los deudores hipotecarios, los proteja de las cláusulas abusivas y regule el sobreendeudamiento, millones de consumidores seguirán en riesgo de pagar de más por sus préstamos y, en el peor de los casos, perder su piso.
Miles de millones atrapados
Así las cosas, esos 700.000 inmuebles recién construidos que no encuentran comprador son el testimonio más claro de un modelo económico, de desarrollo y de práctica financiera absolutamente desequilibrado e irresponsable, “un modelo que no volverá, ni queremos que vuelva”, en palabras del presidente de ADICAE, Manuel Pardos. A un precio medio de mercado de alrededor de 150.000 euros, más de 100.000 millones de euros en forma de ladrillo inservible, que la banca estaba graciosamente dispuesta a convertir en hipotecas abusivas. Ahí se ve la razón de la falta de solvencia de la mayoría de las entidades, y buena parte del porqué de los abusos a los deudores que siguen perpetrando las entidades.
Hola Me encanta el artículo que acabo de leer muchas gracias por publicar este post tan original sobre agencias inmobiliarias en España con todos nosotros, hasta luego os sigo leyendo