Una asociación de marketing financiero europea ha realizado un estudio entre profesionales relacionados con riesgos financieros, cuya conclusión es que el 54% de los encuestados considera que sus propios clientes no confían en ellos. Los productos tóxicos, las comisiones y cláusulas abusivas que impone la Banca hacen mella en la confianza de los consumidores.

 

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Los responsables de crédito en las instituciones financieras españolas consideran que sus propios clientes desconfían de los bancos, según un estudio elaborado por una asociación de marketing financiero europeo. Algo más de la mitad de los encuestados (54%) cree que sus propios clientes no confían en las instituciones financieras, mientras que el 46% considera que sí confían.

Además una pequeña parte de los encuestados en España (10%) considera que la morosidad se reducirá en los próximos seis meses, pero un 70% espera que empeore en todas las áreas. En este sentido, destaca el hecho de que el 92% de los encuestados cree que los descubiertos crecerán debido a las altas tasas de desempleo.

De esta manera vuelve a quedar claro el cinismo con el que actúan las entidades bancarias que, lejos de entonar el ‘mea culpa’, indican que el aumento de la morosidad se debe al desempleo… y no a las leoninas y abusivas condiciones de sus préstamos hipotecarios o personales, sus comisiones,…

La Banca nos da demasiados motivos para desconfiar

La Banca parece que empieza a ser levemente consciente de que los consumidores y usuarios de servicios financieros no confían en ella. Sin embargo, casi la mitad de los encuestados siguen viviendo en la inopia y, en su mayoría, ni siquiera se plantean por qué los consumidores no confían en los bancos. Desde ADICAE les damos algunas pistas: cláusulas y productos abusivos en la contratación de hipotecas, productos tóxicos, comisiones abusivas, malos servicios de atención al cliente, peores horarios de atención al público, ayudas públicas concedidas por parte de los Estados mientras las economías familiares se hunden, financiación de negocios ‘oscuros’, embargos, trabas políticas para la regulación del sistema hipotecario,… existen muchos motivos, demasiados, para desconfiar de la Banca.

Los consumidores deben seguir peleando mejores condiciones para sus productos, luchando para eliminar las comisiones, huyendo de los bancos que abusen de sus derechos, denunciando cuando sean víctimas de alguna irregularidad y manifestándose en las calles en pos de una mayor democratización del sistema financiero. Porque la Banca no va a cambiar, eso tengámoslo claro.